Sí, otra tarta más... pero es que ésta es tan fácil que no me he podido resistir a la tentación de compartirla con todos vosotros. No se me ha ido la cabeza, realmente creo que es la tarta de queso más fácil del mundo. Sólo tres ingredientes, una batidora y el horno. Probadla y me decís si no estáis de acuerdo...
Ingredientes:
- 12 huevos
- 1 lata grande de leche condensada
- 1 kg de queso fresco de Burgos
Preparación:
Pon a precalentar el horno a 180º. Pon en un cuenco la docena de huevos (sin cáscara, claro), añade la lata grande de leche condensada y el queso de Burgos.
Tritúralo todo con la batidora y échalo en un recipiente untado con mantequilla (yo uso dos de los desechables rectangulares que puedes encontrar en cualquier supermercado... ya que sale una tarta de unas 12 raciones y me resulta más cómodo tener dos de 6 raciones).
Introduce todo en el horno unos 45 minutos a la 180º, pasado ese tiempo comprueba que está realmente cuajada pinchando con un palillo o brocheta. Sácala del horno, deja que se enfríe y ¡lista para comer!
Observaciones:
No te asustes si sube mucho al meterla en el horno... todo lo que sube, baja. Es la típica tarta que está mejor al día siguiente a su elaboración, así que recomiendo que la dejes "reposar". Fácil y rápida ¿no? ya veis que apenas me ha llevado tiempo explicarlo... buen provecho!
